Cena O.G.T. [03.06.2006]
Por si alguno tenía la mente nublada el domingo así nos lo contaron:
La temporada ya había acabado, unos andaban instalando el camping, otros intentado aprobar para emanciparse vía Santiago, otros pensando en la temporada festivalera y alguno que otro más caliente que el palo de un churrero. A pesar de todo este nuestro club aún tenía una cita pendiente. La temporada no podía acabar así: faltaba una cena O.G.T.
Llegamos a casa del señor abade, la juventud a patas y los abuelos en el coche consular, oficial u oficioso. La comida a base de vino blanco, tinto, chupito,…ah! y comida, claro. También hubo calamares a la “rumana”, home non.
Aún empezada la contienda alguno que debía querer “recibir amor” me hizo entrega de las llaves de casa. Grandes risas con las batallas do avoao y las dietas incribles del dulce y salado, la entrenadora ya impaciente con el concierto de los Suaves, otro pensando en el rasca y gana de la once, otro con las feromonas y la ducha exfoliante, y asi mariconadas de todo tipo.
Salimos a admirar el coche tunero-consular con luz azulao atrás (“porque así mi hija estudia”…) y seguidamente emprendimos, todos sin falta, camino hacia nuestro delegado favorito para tomarnos unas copichuelas y unos licorcitos.
La ruta fue casi la habitual si no fuera porque dos locos se decidieron a visitar el Vaivén (aunque alguno prefería ir a la Teta Enroscada o a a la Casa de la Pradera). Hubo que sacarse una foto con el Charly. Hubo cambio de camisetas en el Black ante la atónita mirada de aquellos que nunca habían visto unos cuerpos tan lorzanos. Y además, por sacarse, creo que alguno hasta se sacó el miembro a respirar.
El número 8 fue el único que asistió con la camiseta oficial y, quiza debido a ello, se vió impregnado del espíritu ogt y envuelto en una vorágine colectiva de perversión, vicio y pecado. Una vez más fue el MVP. El 17 fue el único que no pudo asistir continuando la maldición de no habernos juntado nunca los 13 para nada.
Mucha diversión, alcohol, risas, nudismo, dirty dancing, etc. Más equipo que nunca.
“Somos más que un club…, y de pollas muy bien”.
Llegamos a casa del señor abade, la juventud a patas y los abuelos en el coche consular, oficial u oficioso. La comida a base de vino blanco, tinto, chupito,…ah! y comida, claro. También hubo calamares a la “rumana”, home non.
Aún empezada la contienda alguno que debía querer “recibir amor” me hizo entrega de las llaves de casa. Grandes risas con las batallas do avoao y las dietas incribles del dulce y salado, la entrenadora ya impaciente con el concierto de los Suaves, otro pensando en el rasca y gana de la once, otro con las feromonas y la ducha exfoliante, y asi mariconadas de todo tipo.
Salimos a admirar el coche tunero-consular con luz azulao atrás (“porque así mi hija estudia”…) y seguidamente emprendimos, todos sin falta, camino hacia nuestro delegado favorito para tomarnos unas copichuelas y unos licorcitos.
La ruta fue casi la habitual si no fuera porque dos locos se decidieron a visitar el Vaivén (aunque alguno prefería ir a la Teta Enroscada o a a la Casa de la Pradera). Hubo que sacarse una foto con el Charly. Hubo cambio de camisetas en el Black ante la atónita mirada de aquellos que nunca habían visto unos cuerpos tan lorzanos. Y además, por sacarse, creo que alguno hasta se sacó el miembro a respirar.
El número 8 fue el único que asistió con la camiseta oficial y, quiza debido a ello, se vió impregnado del espíritu ogt y envuelto en una vorágine colectiva de perversión, vicio y pecado. Una vez más fue el MVP. El 17 fue el único que no pudo asistir continuando la maldición de no habernos juntado nunca los 13 para nada.
Mucha diversión, alcohol, risas, nudismo, dirty dancing, etc. Más equipo que nunca.
“Somos más que un club…, y de pollas muy bien”.
Y así lo vieron: